Filosofando

Soy muy novato en este tema de las ondas, pero quisiera hacer un poco reflexión sobre este nuevo mundo para mí que es la radioafición.
Siempre me ha atraído poder hablar y transmitir mi voz por el aire y llegar a sitios lejanos donde poder entablar una conversación con alguien que comparte tus mismas aficiones.
Lanzar tu llamada y ser respondido por alguien que no sabes dónde está y la distancia a la que se encuentra.
Por eso estoy comenzando en esta afición que hace tiempo tenía pendiente de comenzar.
Ahora descubro el mundo digital y me apasiona, pero........ya no tanto, porque me explico:
Las ondas quedan "aprisionadas" por el cable que transmite nuestra voz desde el repetidor vía cable telefónico (internet) hasta su destino. Vamos, igual que un móvil, que transmite por las ondas hasta el repetidor y luego vía cable hasta el receptor. Eso ya lo conocemos todos y lo entienden y utilizan hasta los niños.
Se ha perdido el glamour de lanzar desde nuestra antena la señal hasta el receptor. Ahora viaja por internet y por los cables, no por el aire.
Estamos inmersos en el mundo digital y es lo que hay, pero me queda el regusto agridulce de que se ha pervertido de alguna manera esta afición que apasiona.
Perdón por el rollo.
Siempre me ha atraído poder hablar y transmitir mi voz por el aire y llegar a sitios lejanos donde poder entablar una conversación con alguien que comparte tus mismas aficiones.
Lanzar tu llamada y ser respondido por alguien que no sabes dónde está y la distancia a la que se encuentra.
Por eso estoy comenzando en esta afición que hace tiempo tenía pendiente de comenzar.
Ahora descubro el mundo digital y me apasiona, pero........ya no tanto, porque me explico:
Las ondas quedan "aprisionadas" por el cable que transmite nuestra voz desde el repetidor vía cable telefónico (internet) hasta su destino. Vamos, igual que un móvil, que transmite por las ondas hasta el repetidor y luego vía cable hasta el receptor. Eso ya lo conocemos todos y lo entienden y utilizan hasta los niños.
Se ha perdido el glamour de lanzar desde nuestra antena la señal hasta el receptor. Ahora viaja por internet y por los cables, no por el aire.
Estamos inmersos en el mundo digital y es lo que hay, pero me queda el regusto agridulce de que se ha pervertido de alguna manera esta afición que apasiona.
Perdón por el rollo.